28 de febrero de 2008

Bitácoras de ayer y hoy

Una pregunta que mis amigos me formulan recientemente:
—¿Cómo encuentras tiempo para escribir en el blog todos los días?

Fácil. El blog es el único lugar donde no soy escritora profesional. Por eso me gusta tanto.

Comencé a escribir un diario a los 8 años, el 22 de octubre de 1978. Acabo de caer en que en este 2008 se van a cumplir 30 años de aquella fecha, y la verdad es que no sé si alegrarme o echarme a llorar por el hecho de llevar 30 años escribiendo. Durante toda mi vida he escrito diario tras diario: tres cajas llenas de cuadernos que repasan de un modo engorrosamente verídico mi biografía. Hasta que me cansé de mí misma, a los treintaypocos, y dejé de escribir diarios. Luego llegó el blog, y descubrí que se parecía bstante a un diario, pero con algunas ventajas: el hecho de teneros ahí, al otro lado de la pantalla, es la más grande.

Conclusiones:
1) Admiro profundamente a los escritores de diarios buenos y constantes, como Andrés Trapiello o José Luis García Martín. Ellos son lo que yo no sé ser.

2) El blog me permite ejercitar la faceta que tengo más olvidada de mí misma. Es la misma razón por la que en la facultad, en época de exámenes, me imponía unos deberes diarios de dos páginas de escritura. Dos páginas de mi diario, por supuesto.
Daba igual de qué escribiera. Lo importante era escribir. Ahora hago lo mismo en las temporadas de más compromisos, pero aquí.
La vida es (deliciosamente) cíclica.

En la imagen: De Drakealone en Flickr

4 comentarios:

Luis Vea dijo...

Si te gusta Trapiello te recomiendo los diarios de José Carlos Cataño "Los que cruzan el mar".

Anónimo dijo...

Y por muchos años que podamos compartirlo contingo, Care. Como ex-diarista antes de tener el blog i ponerme a mandar mails como una posesa, me ha gustado muchísimo esta entrada.


Clara

Anónimo dijo...

Hola, Care:
Acabo de descubrir tu blog y tengo claro que no dejaré de visitarlo.
Yo no escribo ya diarios (también me cansé de mí), pero comparto un blog con algunos compañeros del taller literario de librerías Beta, en calle Sierpes, y aunque ya no asistimos a clases, estamos más unidos que nunca,volcando en él nuestros relatos.
Tenemos el placer, mi familia y yo, de ser vecinos de tus tíos, Daniel y María en El Rompido.
María me dejó "El Tango Del Perdedor" y te hago saber que lo disfruté muchísimo. Me encantó. Es una historia preciosa que me descubrió a esta escritora que hoy admiro.
En http://paraleernos.blogspot.com/ nos encontrarás. Sería un placer encontrarte.

Anónimo dijo...

Care, no sé qué habré hecho mal, pero he puesto mi nombre en el comentario anterior y se ha publicado como anónimo. Por si vuelve a pasar lo mismo, me llamo Isa. Hasta otra.