10 de enero de 2006

Así funciona el mundo (microcuento)



Todas las mujeres hemos fingido alguna vez un orgasmo. Ello es así a causa de la innata predisposición masculina a la credulidad. También de la querencia femenina hacia la ficción. Ambas cosas ayudan a explicar el auge de las historias basadas en hechos reales que suelen ser, por casualidad o no, las de menos calidad literaria. Además, claro está, de los libros-testimonio, de los de autoayuda y de los mal llamados best-seller donde la realidad de la peor calaña y la ficción de la más ínfima calidad se funden y confunden en un magma de palabras infumables. De lo cual se desprende que, para que alcancemos la edad de la poesía, el ensayo, el teatro o el relato corto sólo es necesario que las mujeres, por una vez, seamos sinceras en la cama.

4 comentarios:

César dijo...

No puedo evitarlo, es terrible, pero tu microcuento me ha recordado un chiste machista. "¿Sabes por qué las mujeres fingen orgasmos? Porque creen que nos importa". Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento... ha sido un impulso. No se repetirá.
Ahora en serio: ¿crees que todos los mal llamados best-sellers son como los pintas? ¿No hay matices?

Care dijo...

Bueno... Me estaba refiriendo a ese tipo de novela manufacturada que refríe actualidad con misterio -o con lío judicial- y siempre queda mejor en una pantalla que en letra impresa. Hay que reconocer que llamo "best-seller" a la pseudomierda de esa calaña, pero que no todo lo que se vende muy bien me parece malo. Además, en literatura soy omnívora, no vaya usted a creer que sólo me pone Carpentier, o Martin Amis (por citar dos de los ya traídos y llevados en este ciberespacio común). Que la llamada literatura popular (siempre me ha parecido una definición hipócrita) está llena de buenas novelas y buenos narradores es obvio. Que considerar malo todo lo que funciona es estúpido. No sé si me he explicado, César. Por dar nombres. Pseudonmierda: Grisham, Coelho, Gordon...
Ah, y el chiste, hórrido. No se lo tendré en cuenta, señor Mallorquí.

César dijo...

¿Si te digo que Amis me parece un poquito bestsellero me vas a pegar? Entonces, no lo digo. Por lo demás, estamos de acuerdo. De todas formas, yo no hablaría de "autores de best-seller", sino de "autores de fórmula". Son esos tipos que encuentran un esquema narrativo que les funciona y lo repiten hasta la saciedad. Por ejemplo: "La isla de las tormentas", de Ken Follet, era un thriller que, si mal no recuerdo, no estaba nada mal, pero luego el jodido cabrón no paró de repetir lo mismo una y otra vez. Supongo que a Grisham le pasa igual, como a tantos otros "formuleros". La cuestión, amiga mía, es que eso también le sucede a mucho supuesto escritor literario.

Anónimo dijo...

estamos inmersos en una sociedad en donde la creencia mayoritariaque creemos que todo lo solucionaremos con pastillas, libros de auto- ayuda y terapias de pareja...
Así, es muy fácil sacar una novelilla o una película de bajo presupesto poniendo en evidencia esto.
La clave está en la comunicación...tanta tecnología y tan poca comunicación.

C.M.